La comunicación, cuando es auténtica, genera conexión entre las personas. Sin embargo, lograr este tipo de comunicación y fortalecer el vínculo no siempre es sencillo.
A continuación 5 ideas prácticas para comunicarte mejor con tus hijos:
- Observa qué les interesa. Dedica tiempo de calidad para ver qué les llama la atención, a qué juegan y qué eligen a ser por el simple hecho de realizar esa actividad. Ken Robinson, un educador muy reconocido a nivel internacional, dice que un papá o una mamá que reconoce los intereses y talentos de su hijo hace la diferencia. En su libro “El elemento” Robinson cuenta las historias de personas que llegaron a desarrollar sus pasiones y talentos gracias a que tuvieron papás y mamás que supieron observar lo que sus hijos les comunicaban a través de eso que hacían.
- Se trata entonces de ver más lo que sí hay y abandonar el deseo de que los hijos sean lo que a nosotros nos gustaría.
- Retroalimenta sus logros. Martin Seligman, experto en psicología, sugiere hablar de los logros de los hijos con base en la realidad. No decirles “eres bueno para todo” ni el otro extremo “no haces nada bien”. Cuando eres capaz de destacar aquello que han logrado y lo expresas de manera directa, los niños se sienten reconocidos, tomados en cuenta y tienen una referencia clara de qué es eso que han logrado.
- Habla sobre sus esfuerzos. El esfuerzo también es motivo de comunicación y para ello es necesario prestar atención. “Veo que dedicaste dos horas a practicar la canción en la guitarra”, “me di cuenta que fuiste paciente y tomaste tu turno para subirte al brincolín”. Este tipo de comunicación les ayuda a sentirse valorados y a reconocer que el esfuerzo no siempre está ligado al éxito y no por ello deja de ser importante.
- Reconoce sus emociones. Este punto, para muchos papás, es todo un reto. Se trata de aceptar las emociones de los pequeños con frases como “sé que estás enojada”, “me doy cuenta que estás triste”, ¿por qué resulta tan difícil? Porque existe toda una cultura que exige sentirse de determinadas formas. El rechazo de las emociones desagradables y la vulnerabilidad es muy común.
- Retroalimenta las conductas. Ahora bien, aceptar todas las emociones no es poder hacer lo que deseamos a partir del impulso. Tal Ben Shahar, el maestro de la felicidad de Harvard, sugiere separar la retroalimentación de la emoción de la retroalimentación de la conducta. “Sé que estás enojado. Pero no puedes pegarle a tu hermana”.
- Sin duda, al practicar una comunicación más auténtica y honesta te sentirás más cerca de tu hijo. Nuestra sugerencia es empezar por uno de los puntos que te sugerimos y disfrutar de una de las conexiones más significativas de la vida: la que tienes con tu hijo.
Fuentes:
Robinson, Ken. El elemento, Grijalbo, 2010.
Seligman, Martin. Niños Optimistas, Google Books, 1995